
por Paola Parra
Pendejos de Reynaldo Sietecase, periodista y escritor argentino, abarca diez cuentos sobre jóvenes menores de dieciocho años que cometen asesinatos. A través de la ficción, Sietecase logra recrear las escenas, inspiradas en hechos reales por los altos índices de crímenes infantiles en Argentina, de estos jóvenes condenados a cadena perpetua. Enuncian una problemática dentro del marco social y cultural mundialmente con la incierta y equívoca decisión de los jóvenes de hoy al descuidarse de los asesinatos, robos, drogas y marginación.
“Bella luz de la noche” se asemeja al reportaje de Josefina Licitra, “Pollita en Fuga.” Ambas tratan sobre una adolescente de 15 años que es líder de una banda de secuestros. Igualmente, “Diario del cazador” concuerda con el caso del tirador de Belgrano, un joven que cometió y fue acusado por un homicidio por placer. También, “El próximo hijo de puta” fue inspirado por la masacre en la escuela de Carmen de Patagones donde un niño de 15 años mató a tres de sus compañeros de escuela e hirió a cinco.
El título del libro, Pendejos, es literal y simbólico. Según la Real Academia Española, pendejo significa pelo que nace en el pubis y en las ingles; hombre cobarde y pusilánime; y, hombre tonto, estúpido. Según Sietecase, es un título polisémico por sus muchos significados y que todos aplican de alguna manera u otra al texto. “Estos pendejos son como los vellos púbicos que ocultamos; me da la sensación de que a estos pibes no los quiere ver nadie y que sólo se hacen visibles cuando matan,” comenta Sietecase en cuanto al simbolismo del título. Sin embargo, si crea una polémica por ser un título tan fuerte.
Pendejos se publica en febrero del 2007 en un tiempo donde el índice de crímenes infantiles había aumentado en un Argentina donde los ciudadanos se estaban rebelando contra el gobierno por marginalizarlos por muchos años. La ausencia de la ley y el rencor influenció en la manera que actuaban los jóvenes. Además, en el policial de Argentina no hay detectives haciéndole más difícil capturar a los jóvenes.
Según Sietecase, basó sus diez cuentos en hechos reales, pero con la información más mínima como un recorte del periódico. “Una sociedad también puede definirse por sus crímenes,” menciona Sietecase. A través del uso frecuente de diálogo y el lenguaje común de la violencia en los cuentos, el autor interpreta los hechos reales de la vida de jóvenes menores de dieciocho años.
Hay una coherencia entre los cuentos ya que cada cuento se concentra en una trama policial en donde los niños dejan de ser niños al momento que cometen un crimen violento. Por ejemplo, en “Las cosas por su nombre” un hermano gemelo (Gastón) mata a toda su familia que vivía en un mundo lleno de hipocresía y en “Pelusa duerme en el sillón” una muchacha (Claudia) decide matar a su padre policía por abusar de su hermana, entre otros.
Reynaldo Sietecase muestra los cuentos como si fueran crónicas periodistas a pesar de que son ficción. Se podría decir que es un periodismo que juega con la literatura. Su visión de mundo es que los crímenes también pueden definir a una sociedad, influenciado por la realidad Argentina del alto índice de crímenes violentos de jóvenes. Aunque Sietecase altera los hechos reales para que sea un libro de ficción hubiese sido interesante que se hubiese quedado en la línea de la verdad.
Se enfatiza en los casos policiales porque su función le permite expandir la idea central a muchos niveles de comprensión en cuanto a la justicia, el poder, la policía y la marginalización. A través del dialogo y el lenguaje coloquial a lo largo del texto se hace una lectura fácil y rápida de leer causando en el lector una sensación de no querer soltar el libro. Además, el manejo de los conceptos es claro en cuanto a la exposición del texto. Ya que Sietecase tomó la realidad Argentina en este caso, ahora podría explorar la misma en diferentes sitios del mundo para comparar el tipo de crímenes que los jóvenes cometen a través del mundo.
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